sábado, 6 de junio de 2015

AYAR QUISPE

Comparto con ustedes este mensaje de Pedro Portugal sobre el deceso de Ayar Quispe, reiterando mis sentimientos de pesar a su familia por la muerte temprana de un pensador indio.
4 de junio de 2015. Política.
PEDRO PORTUGAL SE DESPIDE DE AYAR QUISPE CON ALGUNAS PREGUNTAS
"¿Quiénes habrían tenido interés en la desaparición física de Ayar Quispe? Y sobre todo, ¿por qué?", se pregunta Portugal.
Fuente: AFN
El domingo 24 de mayo, a horas 15:00, en la Plaza Germán Bush de Alto Lima (ciudad de El Alto), fue encontrado sin vida Ayar Quispe Quispe, hijo mayor del dirigente indianista y ex ejecutivo de la CSUTCB Felipe Quispe Huanca, conocido como El Mallku. Ese día y esa hora corresponde al levantamiento del cadáver, pero no necesariamente al de su muerte. El certificado de defunción indica. “En hora aproximada de la muerte se registra la hora del levantamiento médico legal, ésta se determinará por investigaciones…”. Ese certificado fue redactado en la morgue de La Paz el 1 de junio, es decir, una semana después del levantamiento del cadáver.
Existen, pues, varias brumas y dudas sobre la causa y las circunstancia de la muerte de Ayar Quispe. Los familiares, en particular su padre, aluden causas políticas. Resulta curioso, por ejemplo, que a la víctima sus agresores no le hayan robado ninguna pertenencia y que su cadáver haya sido encontrado con sus manos aferradas a su último libro: “Indianismo-katarismo”. En todo caso, es cierto que Ayar murió salvajemente golpeado; el certificado de defunción indica como causa de la muerte: 1) Lesión de centros nerviosos superiores, 2) Hemorragia subaracnoidea y 3) Traumatismo encefalocraneano cerrado severo. Hay quienes, apoyados en esa evidencias, sugieren que previamente Ayar habría sido secuestrado y luego torturado.
Abonar una u otra hipótesis es arriesgado y, posiblemente, nunca se sepan las circunstancias reales de esa desaparición. Nos queda, sin embargo, una interrogante, en caso de que su muerte tenga móviles políticos: ¿Quiénes habrían tenido interés en la desaparición física de Ayar Quispe? Y sobre todo, ¿por qué?
Ayar Quispe, de 48 años de edad cuando su deceso, fue un militante indianista. Acompañó a su padre cuando éste era dirigente principal de la Confederación Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia, CSUTCB. En esas circunstancias su mente perspicaz e inquisitiva fue testigo de los conflictos internos al sindicalismo campesino en Bolivia, feroces e inclementes y generalmente impulsados por partidos políticos ajenos e, incluso, ONGs e instituciones de financiamiento, lo que le llevó después a escribir sobre el tema y publicar su primer libro (“Indios contra indios”, 2003). Junto a Felipe Quispe fue testigo de la disgregación del brazo político indianista, el Movimiento Indio Tupak Katari, MITKA. A la declinación de las posiciones del MITKA siguió un vacío que fue llenado por otros actores (generalmente “progresistas” que antes atacaban al indianismo) y por otras ideas, lo que actualmente se conoce como pachamamismo. Felipe Quispe tuvo el reflejo de no caer en ese derrotismo y alentó primero los Ayllus Rojos Tupakataristas y luego el Ejército Guerrillero Tupak Katari, EGTK. Ayar Quispe fue un militante activo en el EGTK, de lo que dejó testimonio en otro de sus libros (“Los tupakataristas revolucionarios”, 2005).
Sin embargo, ni a través de la CSUTCB ni del EGTK pudo el indianismo dirigido por Felipe Quispe y testimoniado por Ayar cumplir plenamente sus cometidos históricos: el poder les fue esquivo. El acceso de Evo Morales al gobierno de Bolivia fue, de alguna manera, consecuencia del anterior trabajo indianista, pero también su desilusión, al no haber cumplido cabalmente sus expectativas históricas. Fruto de esa reflexión fueron los dos últimos libros de Ayar (“Indianismo”, 2011 e “Indianismo-katarismo”, 2014).
Los últimos trabajos de Ayar eran reflejo de esa situación, tal como lo reflejan, además, los artículos que envió y que fueron publicados en nuestro mensual Pukara. De la misma manera que históricamente el Indianismo surgió como producto de la frustración de la Revolución Nacional de 1952, la parálisis del MAS en la descolonización prometida está generando una resurgencia de los planteamientos indianistas y kataristas, que quieren cumplir esa necesidad histórica. Las últimas reflexiones ideológicas de Ayar iban encaminadas en ese sentido.
¿Se mató a Ayar Quispe porque era el teórico de la lucha armada, de la guerra comunitaria de ayllus para la conquista del poder? Felipe Quispe está convencido de ello.
Indudablemente las ideas de Ayar Quispe lograron aglutinar y entusiasmar un importante grupo de nuevos militantes indianistas, sobre todo jóvenes. Esos nuevos núcleos, sin otra relación con la anterior lucha indianista y katarista que no sea la de Felipe Quispe y con una clara actitud crítica hacia el actual gobierno del MAS, seguramente jugarán roles importantes en el futuro, y en ello habría influido el pensamiento de Ayar.
Sin embargo, la rearticulación indianista katarista se da también en otros escenarios y con muchos otros nuevos actores, también en su mayoría jóvenes. Si bien en ellos la influencia de Ayar Quispe no es necesariamente ideológica, sí es patente en cuanto es referencia de ciertas pautas en las que se encaminó y que se muestran como sendero por el cual deben transitar los futuros militantes indianistas y kataristas, entre estas:
- La liberación de nuestros pueblos requiere una aproximación analística y racional de las causas de nuestra postración, alejada de los embustes pachamistas en sentido de que no debemos leer (ni escribir) libros, sino leer •en las arrugas de los abuelos”.
- Esa aproximación analítica debe concluir en una acción radical y contundente, cualquiera sea la vía que se elija. Ese quehacer está también alejado de los actuales clichés contemplativos y etéreos en los que algunos quieren encerrar a lo indígena.
- La descolonización no es la atomización de las autonomías indígenas ni las fábulas de saberes y esencial alternas, sino el ejercicio del poder en la sociedad contemporánea, tal cual esta es realmente, tomando siempre en cuenta la irreversabilidad del Tawantinsuyu y del Qollasuyu, como fenómenos sociales, económicos y estatales.
En este sentido, la muerte de Ayar no es una pérdida, es semilla que fructificará.

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